¿Es posible detener el envejecimiento? 

Por el equipo de Ciencia y Futuro

El envejecimiento: esa condición inevitable de la que nadie puede escapar. ¿O sí? Científicos de todo el mundo están trabajando en una idea revolucionaria: declarar el envejecimiento como una enfermedad curable . Esto no solo abriría la puerta a tratamientos para prolongar la vida, sino que transformaría por completo lo que significa envejecer.

¿Y si te dijéramos que podrías volver a tener 25 años? Ese es el objetivo que muchos expertos han fijado para el año 2045 .

No se trata solo de un «tratamiento de antigüedad», sino de algo mucho más ambicioso:

El plan es mantener una edad biológica ajustable entre los 20 y 25 años. Esto significa un cuerpo joven, sin arrugas, sin enfermedades, y sí,

El envejecimiento no sería más que un ajuste que pudiéramos controlar.

Ray Kurzweil, futurista y científico, predijo esta fecha hace décadas, y aunque se ha equivocado en ocasiones, siempre ha sido por subestimar el ritmo del progreso. La tecnología está avanzando más rápido de lo esperado.

El cerebro: el mayor desafío del rejuvenecimiento

En la actualidad, se ha logrado rejuvenecer los ojos de ratones . Parece un pequeño paso, pero representa un cambio monumental en nuestra comprensión del envejecimiento. Los ojos, al ser órganos pequeños y relativamente aislados, son más fáciles de «reparar». Pero, ¿qué pasa con el órgano más complejo de todos: el cerebro?

La respuesta parece sacada de ciencia ficción, pero tiene raíces sólidas en la ciencia:

Mantener nuestro cerebro en la plenitud de sus capacidades significa evitar enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson . Después de todo, ¿de qué serviría un cuerpo joven si nuestro cerebro ya no funciona?

Envejecer: la madre de todas las enfermedades

Imagínalo: a los 20 o 25 años, el cuerpo humano está en su mejor momento. El sistema inmunológico está en plena forma, destruye células cancerígenas, mantiene el corazón latiendo con fuerza y ​​el cerebro funcionando a toda velocidad. Entonces, el problema no es el cáncer ni las enfermedades cardíacas ; El problema es el envejecimiento.

Un cuerpo joven no enferma de Alzheimer, ni de ataques cardíacos, ni de la mayoría de las dolencias que conocemos. Por eso, científicos y futuristas creen que al detener el envejecimiento, estamos curando la raíz de todos estos problemas .

Aquí viene la parte filosófica: ¿es posible ser inmortal? La respuesta es no. No podemos escapar a accidentes o sucesos imprevistos. Sin embargo, lo que sí es posible es la «amortalidad» : no morir si no quieres.

Las tres formas principales de morir seguirán existiendo:

  • Accidentes.
  • Homicidios.
  • Suicidios.

Pero si logramos eliminar las enfermedades, estaremos reduciendo parcialmente las causas de muerte que hoy nos preocupan.

Si hoy rejuvenecemos ojos o piel, el próximo paso es inevitable: rejuvenecer el cuerpo entero . Y no, no se trata de una crema cosmética ni de tratamientos superficiales. La clave está en reparar nuestras células desde adentro .

Esto también transformará nuestra apariencia externa: piel suave, cabello abundante, músculos fuertes. Si a los 75 años alguien recibe este tratamiento, volverá a parecerse a su versión de 25 años . El rejuvenecimiento no discrimina; afecta cada órgano, cada tejido y cada célula de nuestro cuerpo.

El cambio no llegará solo desde los laboratorios. En España, una iniciativa llamada Stop Envejecimiento organiza cada año una marcha el 1 de octubre , coincidiendo con el Día de la Longevidad . Las camisetas con su lema son claras y contundentes: «Estamos entre la última generación mortal y la primera generación inmortal. ¿Dónde quieres estar tú?»

Por primera vez en la historia, estamos en el umbral de algo grande , algo que nuestros ancestros jamás hubieran imaginado: la posibilidad real de controlar el envejecimiento.

La ciencia está avanzando a pasos agigantados. La fecha 2045 puede parecer lejana, pero no tanto si consideramos lo rápido que hemos llegado hasta aquí. Si el progreso continúa, quizás pronto mirarás en el espejo y verás a tu yo de 25 años una vez más.

Y cuando llegue ese momento, tal vez recuerdes este artículo y pienses: «Yo estuve ahí cuando todo comenzó».

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